26 may 2011

Exhausta

Me arrastro, lentamente dejando a la deriva mi alma. Se fueron, me abandonaron las fuerzas, dejándome solo una batalla perdida
Aliento y suspiro olvidados, dolor y no un sentimiento, sino la consecuencia, un vacio desgarrador en el pecho.
Sentada en la cama, cayendo lágrimas de desesperación, pesadas y dolorosas, boca seca, grite en busca de respuesta, y solo encontré una; la nada
Tan vacía pero repleta, la sensación, el gusto que deja, tan amargo y destructor. Mi mente colapso ante una idea fatal y no de muerte, sino de vacío.
Sola, sedienta, destruida y olvidada, abandonada en una habitación, en mi habitación esperando el regreso del milagro, de la respuesta, de su cariño.
Esa comprensión que desapareció, esa sensación de libertad, de poder correr siempre detrás de ella, segura abrasada y protegida.
Realmente no estoy segura del momento en que te fuiste, no estoy segura de mi existencia como tuya, y si realmente nunca lo fue, nunca le pertenecí a nadie, y si solamente era yo la que imaginaba sentirse feliz, y si solamente me miento por el miedo de estar sola.


21 may 2011

El principito (Cap. XXI-82)

Entonces apareció el zorro.
  –Buenos días –dijo el zorro.
  –Buenos días –respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada.
  –Estoy acá – dijo la voz– bajo el manzano...
  –¿Quién eres? –dijo el principito–. Eres muy lindo...
  –Soy un zorro –dijo el zorro.
  –Ven a jugar conmigo –le propuso el principito–. ¡Estoy tan triste!...
  –No puedo jugar contigo –dijo el zorro–. No estoy domesticado.
  –¡Ah! Perdón –dijo el principito.
  Pero, después de reflexionar, agregó:
  –¿Qué significa “domesticar”?
  –No eres de aquí –dijo el zorro–. ¿Qué buscas?
  –Busco a los hombres –dijo el principito–. ¿Qué significa “domesticar”?
  –Los hombres –dijo el zorro– tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
  –No –dijo el principito–. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?
  –Es una cosa demasiado olvidada –dijo el zorro–. Significa “crear lazos”.
  –¿Crear lazos?
  –Sí –dijo el zorro–. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
  –Empiezo a comprender –dijo el principito–. Hay una flor... Creo que me ha domesticado...
  –Es posible –dijo el zorro–. ¡En la Tierra se ve toda clase de cosas...!


  –¡Oh! No es en la Tierra –dijo el principito.
  El zorro pareció muy intrigado
  –¿Es en otro planeta?
  –Sí.
  –¿Hay cazadores en ese planeta?
  –No.
  –¡Es interesante eso! ¿Y gallinas?
  –No.
  –No hay nada perfecto –suspiró el zorro.
  Pero el zorro volvió a su idea:
  –Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros.


  Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
  El zorro calló y miró largo tiempo al principito:
  –¡Por favor... domestícame! –dijo.
  –Bien lo quisiera –respondió el principito–, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
  –Sólo se conocen las cosas que se domestican –dijo el zorro–. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
  –¿Qué hay que hacer? –dijo el principito.
  –Hay que ser muy paciente –respondió el zorro–. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...
  Al día siguiente volvió el principito.
  –Hubiese sido mejor venir a la misma hora –dijo el zorro–. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.

  Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
  –¿Qué es un rito? –dijo el principito.
  –Es también algo demasiado olvidado –dijo el zorro. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días: una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
  Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:
  –¡Ah!... –dijo el zorro–. Voy a llorar.
  –Tuya es la culpa –dijo el principito–. No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara...
  –Sí –dijo el zorro.
  –¡Pero vas a llorar! –dijo el principito.
  –Sí –dijo el zorro.
  –Entonces, no ganas nada.
  –Gano –dijo el zorro–, por el color de trigo.
  Luego, agregó:
  –Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto.
  El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:
  –No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún –les dijo–. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
  Y las rosas se sintieron bien molestas.
  –Sois bellas, pero estáis vacias –les dijo todavía–. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.
  Y volvió hacia el zorro:
  –Adiós –dijo.
  –Adiós –dijo el zorro–. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
  –Lo esencial es invisible a los ojos –repitió el principito, a fin de acordarse–
  –El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
  –El tiempo que perdí por mi rosa... –dijo el principito, a fin de acordarse.
  –Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro–. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
  –Soy responsable de mi rosa... –repitió el principito, a fin de acordarse.


El Principito, Antoine de Saint-Exupéry

20 may 2011

I

Día lluvioso, daba lástima el paisaje desde la ventana, todo tan apagado, tan triste, la lluvia caía rápida y suavemente contra los cristales del techo, tirada en el suelo deseaba ser aquellos vidrios de los que me separaba de las dulces caricias, mi mente, algo alborotada y con exceso de problemas divagaba en la inmensidad del aburrimiento, buscando algo, algo que me diera un sentimiento de vida…La monotonía de mis últimos días, semanas, meses, me estaba matando, mi cuerpo algo que sentía ajeno a mi alma, me era insuficiente, aburrido, triste, tan apagada como el paisaje que admiraba. ¿Nadar? poder tirarme en el frio lago; saborear, disfrutar. Que el agua acariciara mi piel, que me calmara del calor, que tomara mis lágrimas y las desapareciera, que cubriera mi cuello y entrara por mi boca hasta quitarme la sed que tenia, la necesidad; y aun así sería insuficiente. Implacable, nada me saciaba.
Toque mi garganta y cerré los ojos, intentaba sentirlo, solo logre dormirme.


19 may 2011

Hongos

Me avergonzó un poco. Pero, despiadado, agregó:
-¡Confundes todo!...¡Mezclas todo!
Estaba verdaderamente muy irritado. Sacudía el viento sus cabellos dorados.
-Conozco un planeta donde hay un Señor carmesí. Jamás ha querido a nadie. No ha hecho mas que sumas y restas. Y todo el dia repite como tú: "¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!" Se infla de orgullo. Pero no es un hombre; ¡es un hongo!
-¿Un qué?
-¡Un hongo!

Pues no queria que la viese llorar. Era una flor tan orgullosa...

Le dije: "La flor que amas no corre peligro.... Dibujaré una armadura para tu flor...Di..." No sabia bien que decir. Me sentia muy torpe. No sabia como llegar a el, donde encontrarlo... ¡Es tan misterioso el pais de las lagrimas!

Las personas mayores son decididamente muy pero muy extrañas, se decia a si mismo durante el viaje.

17 may 2011

Complicado

...Lágrima, contiene el aliento, no respires, sostenla, no la dejes caer...

Se hace tarde, día deprimente y solo uno de esos abrasos podría solucionarlo, pero...ya no hay nada
me quiero ir, quiero respirar y no puedo, ya no, atada amarrada y yo sola me deje
¿echarte la culpa? de que si al final de cuentas fui yo la que cedio...pidiendo, deseando, lo tengo ¿y ahora? solo frió, queja, dolor, celos, y ganas de llorar...
quiero no quererte mas, no mas dolor, no mas quejas para ti, pero te quiero, se complica y me quejo y me enojo..de algo que no existe, y duele y me parte y no se como solucionarlo...
quede lastimada desde hace tiempo...quiero un basta, cicatrizar seria bueno... pero hay tanto errores que aparecen, que duelen y solo me abandono en mi fantasía, no quiero que desaparezcas, no quiero que te vallas....
como puedo lograr que entiendas si yo no me quiero entender, no quiero lastimarme mas, no quiero llorar...aunque ellas siguen brotando, pesan, duelen, arden...
los nudos se juntan, se acumulan.. y cada vez veo mas lejana la salida.

16 may 2011

Te espero en mi mundo

Miro el reloj de la vida y me repito...
Dulce, profundo y embriagador
Libre amor mío, no me cansare de esperar tu llegada a mi mundo...esperando esos besos cautivadores, el amor pasional, los abrazos confortantes y las palabras inolvidables.
Risa, llanto, desespero y de nuevo a la realidad...
Aquellas brisas juguetonas que siento recorrer mi cuello hasta la punta del cabello son las que me hacen saber que algún día te tendré.